El vinilo, también conocido como disco microsurco, es un formato analógico para la reproducción de audio. Este medio utiliza un tipo de plástico llamado policloruro de vinilo como base, de donde proviene su nombre.
Introducido en 1948 por Columbia Records en Estados Unidos, el vinilo representó una gran mejora respecto a los frágiles discos de 78 rpm hechos de goma laca. Hoy en día, el término «vinilo» se asocia comúnmente con el formato LP.
El sonido de un disco se reproduce generalmente a través de un tocadiscos o plato giradiscos, el cual se conecta a un amplificador. Esto permite utilizar discos de distintos diámetros y seleccionar la velocidad de rotación deseada, siendo las más comunes 33 o 45 rpm.
En comparación con los antiguos discos de goma laca de 78 RPM que reemplazaron, estos tienen un surco más fino y menos profundo, razón por la cual también se les conoce como «microsurcos». Giran a una velocidad más baja, lo que permite una duración de grabación más extensa, alcanzando y en ocasiones superando los 30 minutos por lado en el formato LP.
Durante la década de 1960, se desarrollaron discos cuadrafónicos que, mediante una tecnología de matriz y circuitos de filtrado de señales, permitían grabar cuatro canales de audio de forma simultánea. Esto proporcionaba al oyente la sensación de estar completamente rodeado por el sonido, ya que el sistema de reproducción contaba con dos altavoces frontales y dos traseros.
Esta técnica no logró un gran éxito comercial, probablemente debido al elevado costo del equipo de reproducción, especialmente de las agujas de diamante tallado tipo Shibata, que eran necesarias para la reproducción cuadrafónica. Aunque el vinilo se mantuvo como el medio predominante para la reproducción musical hasta la década de 1970, su importancia empezó a disminuir con la llegada de la casete. Para finales de los años 1980, el vinilo fue progresivamente reemplazado por el disco compacto (CD audio).
La producción masiva de discos de vinilo se detuvo a inicios de los años 90, sin embargo, desde mediados de la década del 2000, han resurgido en las tiendas principalmente como artículos para coleccionistas. Los datos recientes muestran un incremento significativo en las ventas de LPs de vinilo, con una gran cantidad de reediciones y varios artistas que optan por publicar sus trabajos en este formato, lo que sugiere que la tendencia está creciendo.
Hasta el año 2012, el sencillo de vinilo de 45 RPM más costoso del mundo fue un disco con la canción «Do I Love You (Indeed I Do)» grabada por el estadounidense Frank Wilson en 1965, del cual solo se hicieron dos copias y una fue vendida por 20,000 libras. El LP más caro es «Yesterday and Today» de The Beatles con la portada «Butcher Cover», que puede alcanzar un precio de hasta 45,000 dólares, aunque su valor promedio ronda los 20,000 dólares.
En 2011, la venta mundial de vinilos generó 115,4 millones de dólares, un aumento del 28,7 % respecto a 2010. Aunque estas cifras eran inferiores a las ventas de CD y descargas digitales, en 2020, debido al declive de los CD por la competencia de las descargas de música en línea, las ventas de vinilos superaron a las de CD por primera vez desde finales de los años 80.






El disco de vinilo es una placa circular que presenta en ambas caras un surco en espiral, grabado desde el borde exterior hacia el interior, donde la grabación de sonidos se codifica de manera analógica. Los discos de vinilo suelen tener hasta 260 surcos por pulgada, lo que equivale a unos 100 surcos por centímetro. A pesar de que el PVC es transparente, el soporte suele ser negro debido a la adición de negro de carbón, lo que aumenta su durabilidad. Columbia, por ejemplo, lanzó sus primeros LPs en vinilo transparente en siete colores distintos, alineados con la temática de cada disco.
Además, los discos de vinilo coloreados y con imágenes impresas, conocidos como ‘pictures’, se han producido con frecuencia por razones comerciales y actualmente gozan de popularidad entre los coleccionistas. Numerosos fabricantes optan por utilizar vinilo reciclado, siendo la calidad final del producto dependiente de la capacidad del fabricante para garantizar la ausencia de impurezas mediante su control de calidad.
Los discos de vinilo se fabrican mediante prensado en caliente con una prensa hidráulica, utilizando una matriz metálica derivada de un máster. El primer disco se crea con un estilete vibrante que graba un surco en un disco metálico recubierto de cera o gutapercha, capturando los sonidos originales con gran precisión, que generalmente provienen de grabaciones magnetofónicas de estudios. El disco «positivo» resultante se recubre al vacío con cloruro de estaño y plata, una sustancia electro-conductora que permite la formación de una capa de níquel sobre el disco mediante un baño galvánico. De este modo, se obtiene un primer «negativo» (con los surcos en relieve), del cual se producen varias copias metálicas conocidas como «mLa matriz resultante se examina y se escucha bajo un microscopio para identificar cualquier imperfección.
Al repetir el proceso galvánico, se crean los moldes finales (negativos) que se usarán para prensar el vinilo, que presentan las ranuras grabadas al igual que el disco original.
Cada disco se produce a partir de una masa viscosa de policloruro de vinilo llamada «galleta», que se coloca en la prensa caliente junto con las etiquetas de cada lado. La prensa moldea el disco e imprime los surcos en el vinilo. Tras aplicar presión y enfriar el material, el disco adquiere bordes dentados que se deben recortar con una perfiladora para obtener su forma definitiva.
El sonido de un disco de vinilo se reproduce como una señal analógica. Durante su reproducción, una aguja lee la información sonora del surco grabado en el disco. La rotación del vinilo provoca que la aguja vibre debido a las irregularidades del surco, y estas vibraciones se transmiten a la cápsula fonocaptora, que está montada en un brazo lector. Existen diversas tecnologías para fabricar el cabezal de lectura, incluyendo la piezoelectricidad, el imán móvil y la bobina móvil.
El sistema piezoeléctrico se basa en la propiedad de algunos cristales de generar electricidad al ser sometidos a presión mecánica. Se distingue por generar una señal fuerte, aunque de calidad limitada. Anteriormente, se utilizaba en dispositivos portátiles y accesibles, pero hoy en día se encuentra principalmente en tocadiscos de bajo costo. Los tocadiscos automáticos de marcas como Perpetuum Ebner, Elac, Dual, entre otras, empleaban este tipo de sistema piezoeléctrico.
Los sistemas de «imán móvil» y «bobina móvil», aún en uso hoy, aprovechan el fenómeno de la ley de Faraday para generar una señal proporcional a los movimientos de la aguja. La principal diferencia radica en cuál de los componentes se mueve respecto al otro. Las cápsulas de imán móvil han sido tradicionalmente más populares que las de bobina móvil debido a su menor complejidad y costo, así como al más fuerte nivel de señal que generan, que no requiere un preamplificador adicional. También existen dispositivos que emplean un láser para leer los surcos del vinilo de forma similar a los reproductores de CD. Esta tecnología, extremadamente costosa por su limitada producción, se orienta a aquellos que desean reproducir discos de vinilo antiguos sin desgastarlos, como archivos e instituciones enfocadas en la conservación de grabaciones sonoras históricas.





Debido a la imposibilidad de transferir mecánicamente todas las frecuencias entre 20 Hz y 20 kHz al surco de manera uniforme, la señal eléctrica se ecualiza antes de su transferencia al disco, realzando los agudos y disminuyendo los graves. Este proceso posibilita la grabación de surcos más finos, aumentando así la capacidad del disco. Muchos coinciden en que, por esta razón y al tener más espacio para una sola canción, los maxi-singles presentan más graves.
Algunos fabricantes de giradiscos sugieren ajustar el valor del anti-skating al mismo nivel de fuerza que se ha asignado al peso de la aguja. Por ejemplo, si se han establecido 1.2 gramos en el contrapeso, se debería colocar el anti-skating en un valor cercano a 1.2. Varios modelos de tocadiscos incorporan un brazo en forma de S para reducir la distorsión del ángulo de pista vertical y así mejorar la calidad del sonido, tema sobre el cual profundizaremos también en un próximo artículo.
Para minimizar la pérdida progresiva de adherencia en el microsurco de las puntas cónicas de las agujas, se han desarrollado puntas con diferentes perfiles, como el elipsoidal. Este diseño reduce la superficie de contacto con el microsurco, permitiendo un registro más exacto de la aguja en las paredes de este.
En los últimos años, los discos de vinilo han experimentado una nueva ola de reediciones, pero es importante considerar su calidad sonora.
Antes de la era digital, las grabaciones de los másteres se realizaban en cintas magnéticas, y todo el proceso, desde la captación del sonido con micrófonos hasta la mezcla en consolas, la ecualización y la impresión en máster de vinilo, era completamente analógico. Después, este proceso se transfería a los discos de vinilo, que también son un medio analógico. Actualmente, los vinilos se están remasterizando utilizando procesos digitales antes de ser impresos en vinilo, que es un medio analógico, a diferencia de los CD, que son digitales.
El sonido placentero del vinilo no se debe a que sea un medio analógico per se, sino a que todo el proceso de producción también lo es, lo cual no ocurre con los vinilos «remasterizados» digitalmente.