Entrevista a Jordi Castelló Marigó para DonDiscos.com — homenaje a una tienda irrepetible.
Pocas tiendas han marcado tanto la vida musical de Barcelona como Discos Castelló. Nacida en 1933 en una parada del Mercat de Sant Antoni donde el abuelo Antonio empezó vendiendo y cambiando discos de pizarra , y convertida con el paso de las décadas en un emblema del Carrer Tallers y Nou de la Rambla , la tiendas se mantuvieron vivas durante casi noventa años gracias a una combinación que hoy resulta casi utópica: pasión, oficio, proximidad y una mirada profunda hacia la música y sus amantes.
Tras su cierre definitivo en 2016, Castelló se convirtió en un símbolo. No solo de una forma de vender música, sino de una cultura melomana: la del recorrido paciente entre estantes, la conversación con el dependiente que recomendaba discos como quien prescribe vida, y el descubrimiento inesperado que convertía una tarde cualquiera en un acontecimiento.
Hoy, desde DonDiscos.com, rendimos homenaje a esa historia.
Y lo hacemos con un ingrediente muy especial: una entrevista exclusiva con Jordi Castelló, uno de los copropietarios del histórico establecimiento de Nou de la Rambla , que comparte recuerdos, emociones y reflexiones sobre el pasado y el presente de las tiendas de discos.
Con enorme generosidad, Jordi no solo conversa con nosotros: también anuncia su incorporación como colaborador del portal, atraído por “la función cultural, informativa y de apoyo a la industria musical que representa DonDiscos.com”.
«Castelló era más que una tienda; era un punto de encuentro». “toda la música, de la A a la Z”
Entrevista con Jordi Castelló
Jordi, han pasado años desde el cierre.
¿Cómo recuerdas hoy la historia de Discos Castelló?
Pues con una mezcla de orgullo, nostalgia y gratitud. Empezamos como una parada humilde en 1933 y con el tiempo mi familia construyó un pequeño universo musical. La tiendas de Tallers eran nuestro corazón, regidas por Agustin y Vicente que junto a Antonio Castello hijos del fundador, pero lo más importante era la comunidad: gente que venía cada semana, turistas que nos buscaban desde hacía años, jóvenes que descubrieron allí sus primeros vinilos. Castelló no era solo comercio: era conversación, compañía, descubrimiento.
La tienda formó parte fundamental del paisaje cultural de la ciudad.
¿Qué crees que la hacía tan especial?
La cercanía. Los dependientes sabían de música de verdad, no porque estuviera en un catálogo, sino porque la amaban. Teníamos importaciones, rarezas, ediciones imposibles, sí… pero lo esencial era la experiencia humana. Cuando alguien entraba, intentábamos entender lo que buscaba, incluso cuando ni él mismo lo sabía.
¿Hay algún momento, anécdota o visitante especial que recuerdes con cariño?
Miles. Desde jóvenes que se pasaban horas en la sección de vinilos o CDs, hasta gente que venía desde muy lejos porque alguien les había dicho que aquí podrían encontrar “ese disco imposible”, “ no le des más vueltas, ves a Castello”. Recuerdo también a artistas que visitaron la tienda: músicos locales, bandas internacionales de paso por Barcelona… Una vez Bill Wyman, de los Rolling Stones, entró a curiosear. A nosotros nos hizo mucha ilusión, pero lo tratamos como a cualquier cliente: con naturalidad.
En 2002 recibisteis la Medalla d’Honor de Barcelona.
¿Qué significó para la familia?
Un reconocimiento enorme. No solo para nosotros, sino para todas las tiendas de proximidad que llevan décadas defendiendo la cultura musical. Sentimos que la ciudad entendía el valor de lo que hacíamos, y eso fue muy emocionante.
¿Qué recuerdas del proceso que llevó al cierre definitivo en 2016?
Fue muy duro. La digitalización, las descargas de internet y el “top manta” cambió el mercado de forma radical: las ventas de CD se desplomaron, el vinilo tardó en resurgir, y mantener un negocio físico así era cada vez más difícil. Aun así, resistimos todo lo que pudimos. Cuando anunciamos el cierre, la respuesta de la gente fue tan cálida y tan generosa que nos reconfortó profundamente.
Y ahora,
¿cómo llegas a DonDiscos.com?
¿Qué te anima a colaborar con el portal?
Me sorprendió gratamente el proyecto. Es un espacio que defiende la música desde la raíz: los artistas, las tiendas de proximidad, la historia de los sellos, el amor por el formato físico.
Me parece admirable. En un momento en que todo es rápido, digital y desechable, un portal que apuesta por la memoria, el oficio y el respeto al trabajo musical merece ser apoyado. Estoy aquí porque creo en el propósito de DonDiscos.com, y porque veo que puede ayudar a mantener viva la cultura que las tiendas como Castelló representaban.
Una tienda que marcó una época
Discos Castelló no solo vendió música: ayudó a construir identidad cultural.
Desde los años de las antiguas pizarra y vinilo original, pasando por la explosión del LP, la llegada del CD y el declive del físico en la era digital, Castelló fue testigo de todos los cambios tecnológicos y sociales que atravesaron casi un siglo.
También fue un lugar donde artistas y aficionados se encontraron: un sitio donde era posible pasar de Bob Dylan a Camarón, de jazz contemporáneo a punk británico, de rock progresivo a electrónica experimental, de la ópera a la música clásica, todo en la misma visita.
Para muchos, entrar allí era un rito iniciático, una escuela musical sin matrícula, una travesía que empezaba al abrir la puerta y terminaba con un disco entre las manos y la sensación de haber descubierto algo que no sabías que necesitabas.
El legado que permanece
Aunque sus persianas se bajaron definitivamente el 31 de marzo de 2016, la memoria de Discos Castelló sigue viva: en los coleccionistas que aún conservan discos comprados allí, en los dependientes que formaron parte de su historia, en los miles de barceloneses que crecieron con ella, en los visitantes de todo el mundo que recuerdan su olor, su sonido y sus rincones, y ahora también, en el compromiso de dondiscos.com, donde Jordi Castelló traerá una mirada privilegiada sobre ese universo que ayudó a construir.
Su colaboración no es solo un gesto simbólico; es la continuidad natural de un espíritu que nunca dependió exclusivamente de un local físico: el espíritu de defender la música como cultura, como encuentro, como vida.
Porque algunas tiendas cierran, pero su huella no desaparece
Discos Castelló es, y seguirá siendo, parte del ADN musical de Barcelona.
Un legado que no se mide en ventas, sino en memorias.
En emociones.
La música es realmente fascinante en su capacidad para evocar emociones y transportarnos a diferentes momentos de nuestras vidas.
En generaciones que encontraron allí su primera banda sonora.
Desde dondiscos.com, celebramos esa historia y agradecemos profundamente la generosidad de Jordi Castelló al compartirla, al mantenerla viva y al sumarse a un proyecto que, como la tienda, trabaja por algo tan simple y tan esencial: que la música siga teniendo un hogar.


