
La música académica contemporánea se define como aquella que surgió tras el declive del modernismo musical a mediados de los años setenta. A menudo, este término también abarca de manera más extensa todas las variantes de la música postonal después del fallecimiento de Anton Webern y la conclusión de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945).
Hay un intenso debate sobre si el término debería aplicarse a la música de cualquier estilo o si es exclusivo para los compositores de música de vanguardia. Figuras clave del movimiento moderno aún viven o han muerto recientemente, como Elliott Carter y Lukas Foss.
Actualmente, hay un grupo muy activo de compositores, intérpretes y aficionados que siguen promoviendo las ideas y formas del modernismo. Entre los compositores modernistas activos se encuentran Luis de Pablo, Wolfgang Rihm, Harrison Birtwistle, Alexander Goehr, Magnus Lindberg, Gunther Schuller y Kaija Saariaho, así como Leo Brouwer y Germán Barahona. El posmodernismo ejerce una fuerte influencia en la música contemporánea. Un crítico sugirió que una forma sencilla de identificarlo es buscar la palabra «nuevo» o los prefijos «neo-» o «pos-» en el nombre de algún movimiento.
El poliestilismo, también conocido como eclecticismo, implica la utilización de múltiples estilos o técnicas en la música. Es una característica de la posmodernidad que surge a finales del siglo XX y se intensifica en el siglo XXI. Aunque esta tendencia fue prefigurada por una corriente anterior que integraba elementos de la música popular, flamenco o jazz en composiciones clásicas, su verdadero desarrollo se produce a finales del siglo XX. Con la incorporación de cada vez más estilos en el nuevo milenio, el movimiento gana en importancia y diversidad.
Algunos compositores poliestilísticos incluyen a Mauricio Sotelo, Lera Auerbach, Luciano Berio, William Bolcom, Roberto Carnevale, Sofia Gubaidulina, Hans Werner Henze, Raúl Ferrero, George Rochberg, Arturo Rodas, Magaly Ruiz, Frederic Rzewski, Alfred Schnittke, Valentín Silvestrov, Frank Zappa, John Zorn, Jorge Calleja, José Quezada Macchiavello y Miguel Oblitas Bustamante.
La generación minimalista sigue desempeñando un papel significativo en la composición contemporánea. Philip Glass ha seguido ampliando su ciclo sinfónico, mientras que «On the Transmigration of Souls» de John Adams, una obra coral en memoria de las víctimas del 11 de septiembre, recibió un Premio Pulitzer. Steve Reich ha incursionado en la ópera electrónica y Terry Riley sigue activo componiendo música instrumental. Sin embargo, más allá de los propios minimalistas, los tropos de la armonía triádica no funcional se han vuelto comunes, incluso entre compositores que no se consideran estrictamente minimalistas.
Emergida en la década de 1950, la música concreta utilizaba grabaciones como objetos sonoros según Pierre Schaeffer, o empleaba osciladores electrónicos al estilo de Stockhausen.
No debe confundirse con la «música pop electrónica» de los años ochenta, que sucedió al rock, ni con la música generada por computadora o secuenciador, que requiere una velocidad y precisión inalcanzables para un intérprete humano.







El renacimiento del vocabulario de la nueva tonalidad, que se desarrolló a principios del siglo XX, persiste en la era contemporánea, aunque ya no se considera impactante o polémico. Compositores que siguen la corriente neorromántica incluyen, por ejemplo, a George Rochberg y David Del Tredici. A finales del siglo XX y principios del XXI, se observa un renacer del neorromanticismo en Europa.
La música espectral, en un sentido restrictivo, se basa principalmente en el descubrimiento de la naturaleza del timbre musical y en la descomposición espectral del sonido musical, en el origen de la percepción del timbre. El espectralismo se originó en Francia en los años setenta alrededor de un grupo de compositores agrupados en torno al Ensemble l’Itinéraire (Gérard Grisey, Tristan Murail, Hughes Dufourt y Michael Levinas).


El neotonalismo surge en la segunda mitad del siglo XX como reacción ante el atonalismo. Dentro de este género se engloban compositores que utilizan de nuevo la tonalidad después de que ésta fuese marginada en gran medida por las corrientes del género atonal contemporáneo.
La Nueva Simplicidad emergió como una corriente estilística entre algunos miembros de la nueva generación de compositores alemanes a principios de los años ochenta. Representó una reacción no solo contra la vanguardia musical europea de los cincuenta y sesenta, sino también contra la tendencia general hacia la objetividad del inicio del siglo. Aunque el movimiento tuvo una mayor presencia fuera de Alemania, particularmente en las Américas, con compositores como Astor Piazzolla, Carlos Guastavino, Miguel del Águila y Agustín Barrios.
Arte sonoro comprende un diverso grupo de prácticas artísticas que tienen como principal objetivo diferentes nociones del sonido, la escucha y la audición. Existen normalmente diferentes relaciones entre los ámbitos visual y auditivo del arte así como de la percepción por los artistas del sonido.
Un concierto es una manifestación cultural musical donde se interpretan piezas individuales. Hay un instante, conocido como cadenza o cadencia, al final de ciertos movimientos, en el que el solista interpreta solo, mostrando su habilidad técnica. En el siglo XVIII, esta sección a menudo no se escribía en la partitura, sino que era improvisada o compuesta por el propio instrumentista según sus preferencias y habilidades. Muchas de estas cadencias se publicaron y, hasta el día de hoy, distintas ejecuciones del mismo concierto pueden incorporar las creadas por diversos compositores.




Concierto clásico, romántico o virtuoso

Un instrumento solista, destacado por su gran expresividad y virtuosismo, suele ser el foco de atención en un concierto. La orquesta, por su parte, cumple generalmente un rol de acompañamiento. En este periodo, se observa una mayor libertad formal, lo que permite variar el orden y número de movimientos; ejemplos de ello son la orquesta sinfónica y la ópera. A este tipo de obra también se le conoce como concierto.
El término «ópera», proveniente del italiano «òpera» que significa «obras musicales», se refiere a un género de música teatral en el que se combina la acción escénica con canto y acompañamiento instrumental. Generalmente, las óperas se presentan en teatros especializados, con el acompañamiento de una orquesta o un conjunto musical más pequeño. Es parte de la tradición de la música clásica de Europa y Occidente.
Existen géneros de teatro musical relacionados estrechamente con la ópera, como la zarzuela española, el singspiel alemán, la opereta vienesa, la opéra-comique francesa, y el musical de Reino Unido y Estados Unidos.
La ópera se distingue de otros géneros de teatro musical en que es una representación enteramente acompañada por música.
La zarzuela es un género de música teatral originario de España, caracterizado por una combinación de partes instrumentales, vocales (solos, dúos, coros) y habladas. Sin embargo, hay excepciones donde las partes habladas no están presentes. El nombre «zarzuela» proviene del Palacio de la Zarzuela, cerca de Madrid, donde se ubicaba el teatro que presentó las primeras obras de este género.
Álbumes de música clásica de los compositores más destacados de todas las épocas…

















